Cuando pensamos en una entrevista de trabajo, solemos imaginar un escenario en el que el entrevistador pregunta y el candidato responde. Si bien es lo más normal, esta visión es incompleta. En realidad, una entrevista es una conversación bidireccional, en la que no se trata solo de demostrar que eres apto para el puesto, sino también de confirmar si la empresa y el rol encajan contigo.
Y aquí surge el problema: muchos candidatos no saben qué preguntas hacer; algunos por nervios, otros porque creen que no deben cuestionar a su posible empleador. Pero eso es un gran error: no hacer preguntas puede enviar el mensaje de que no estás lo suficientemente interesado o informado sobre el puesto.
Además, no hacer preguntas te deja en desventaja. ¿Cómo sabrás si las condiciones laborales te convienen? ¿Cómo podrás tomar una decisión informada si te ofrecen el trabajo?
Por eso, tener preparadas buenas preguntas para hacer en una entrevista de trabajo es una de las herramientas más poderosas (y subestimadas) que puedes llevar contigo.
El poder de hacer las preguntas correctas
Hacer preguntas no solo demuestra tu interés genuino, sino que también te ayuda a evaluar aspectos clave de la vacante:
- La cultura organizacional
- Las expectativas del puesto.
- Las oportunidades de crecimiento.
- La estabilidad y visión de la empresa.
- El estilo de liderazgo de tu futuro jefe.
Cuando haces las preguntas correctas, estás mostrando que no aceptas cualquier oferta sin analizar, por lo que estás posicionándote como un profesional que busca una relación laboral saludable, productiva y alineada con sus valores.
Las 10 preguntas que te harán destacar
Si quieres causar una impresión positiva y llevarte información valiosa, estas son las 10 preguntas para entrevista de trabajo que recomiendo tener en tu repertorio:
- ¿Cuáles son las responsabilidades más importantes de este puesto en el día a día? Conocer los detalles del trabajo diario te ayudará a saber si realmente te visualizas allí.
- ¿Qué objetivos esperaría la empresa que alcance en los primeros seis meses? Muestra que estás enfocado en resultados y te prepara para saber cómo medir tu éxito.
- ¿Qué características comparten los empleados más exitosos en este equipo? Esta pregunta revela mucho sobre la cultura y el estilo de trabajo del grupo.
- ¿Cómo describiría el estilo de liderazgo de quien sería mi jefe directo? Es fundamental saber si tu forma de trabajar encaja con quien liderará tu equipo.
- ¿Cuáles son los mayores desafíos que enfrenta el equipo o el departamento actualmente? Esto te permite evaluar si estás preparado para lo que viene y si puedes aportar valor.
- ¿Qué oportunidades existen para el desarrollo profesional dentro de la empresa? Una forma elegante de mostrar tu interés por crecer y no solo “ocupar un lugar”.
- ¿Qué cambios importantes ha vivido la empresa en los últimos años? Así sabrás si la organización es estable, en crecimiento o en crisis.
- ¿Cómo se mide el desempeño en esta empresa? Te ayuda a entender si los criterios de evaluación son claros y razonables.
- ¿Cómo es el ambiente de trabajo entre los miembros del equipo? Una pista valiosa sobre si el clima es colaborativo o competitivo (o tenso).
- ¿Cuáles son los siguientes pasos del proceso de selección? Es una manera educada de mostrar tu interés en continuar el proceso.
Prepara tus preguntas estratégicamente
No se trata de lanzar todas las preguntas de golpe. Elige 2 o 3 que realmente conecten con tus intereses profesionales, según la vacante en cuestión. Pon atención durante la entrevista, porque si alguna pregunta ya fue respondida, omítela para no repetir.
En ciertas ocasiones es posible que solo te den espacio para una pregunta, por cuestiones de tiempo. En este caso debes elegir aquella que consideras que puede tener un mayor impacto en el entrevistador. Sí, puede que te quedes con algunas dudas, pero si solo tienes una oportunidad, pregunta lo siguiente: ¿Qué tipo de persona no debería trabajar en esta empresa?
Es una pregunta que nadie hace, y con la cual sorprenderás al reclutador, por lo cual tendrás más posibilidades de que te recuerde.
Lo qué debes evitar al hacer preguntas
Así como hay preguntas poderosas, hay otras que pueden jugar en tu contra. Aquí algunos ejemplos de qué NO preguntar:
- ¿Cuántos días de vacaciones me tocan?
- ¿A qué hora se sale exactamente?
- ¿Tienen cámaras o supervisión constante?
- ¿Qué hace la empresa exactamente?
- ¿Puedo llegar tarde si aviso antes?
Estas preguntas generan una percepción negativa sobre tu persona. Asegúrate de que tus preguntas reflejen madurez, interés y visión profesional.
No solo respondas bien, ¡pregunta mejor!
Las entrevistas laborales, más que un interrogatorio, son una oportunidad de conexión entre dos partes que buscan un beneficio mutuo. Tú no solo estás tratando de “conseguir el trabajo”, estás evaluando si vale la pena decir que si en el caso de que te lo ofrezcan.
Tener preparadas tus preguntas para hacer en una entrevista de trabajo es una estrategia poderosa para diferenciarte, ganar claridad y tomar decisiones inteligentes. Recuerda: quien pregunta bien, elige mejor.